lunes, 23 de julio de 2012

“¿QUÉ HACEMOS CON LA CRISIS?” (1ª. parte.) ("El vuelo del Fénix o la Imaginación al poder.")





            Debo llevar como unos treinta años explicando que el trasfondo de la palabra crisis no es otro que el de OPORTUNIDAD. Extraído del latín y del griego, su significado etimológico estaría asociado a un momento de inflexión en el que hay que separar  (“krinein”) debidamente las cosas, porque urge tomar una decisión importante. Es decir: la crisis sería una situación que implicaría un profundo análisis, ya que ésta  exige la  toma de una decisión significativa. Ahora bien, el chino clásico, con su idioma ideográfico, aún lo deja mucho más claro, mostrando la cosa de forma bien ilustrativa: la palabra crisis está formada, en el alfabeto mandarín, por la suma de dos ideogramas:  "WÉI" y "JI", 


los cuales  se dibujan uno junto al otro. El primer ideograma representa “peligro” o “riesgo” mientras que el segundo significa, directamente, “oportunidad”.





            Por ello, he ido haciendo, repetidamente, la comparación del concepto de  CRISIS con  el de, una especie,  de “regalo sorpresa”, sólo que el cual lo recibimos  envuelto en un embalaje muy feo. Sin embargo, este enfoque suele sorprendernos ya que a lo que estamos acostumbrados es a todo lo contrario. Es decir: solemos recibir regalos, por lo general, de forma esperada y, sobretodo, esmeradamente presentados con, cada vez más, elegantes y preciosos envoltorios. Muchas veces, el contenido puede que no llegue a ser nada del otro mundo… ¿pero el  envoltorio? ¡Auténtico diseño! ¡Una obra de artesanía! ¡Hasta que da verdadera pena destrozarlo!

  
         Aún así, siempre, sin excepción, acabamos por deshacernos del primoroso lazo y del exquisito papel para acceder a lo que hay dentro. Al auténtico regalo… fuere lo que fuere. Pues bien: parece que ahora, irremediablemente sacudidos por esta implacable crisis colectiva que estamos padeciendo, no se ha podido seguir ignorando, por más tiempo, que en las entrañas del monstruo habremos de buscar y descubrir el oculto mensaje de esperanza. Pero como decimos, y es obvio, tenemos primero que deshacernos del envoltorio para acceder al regalo sorpresa. Para encontrarnos con la oportunidad. Con nuestra Gran Oportunidad.



            Esta metáfora sirve tanto para cualquier tipo de crisis individual y personal: crisis adolescente, de pareja, de los cuarenta, de madurez, existencial… como para la macrocrisis colectiva que la sociedad occidental está soportando desde hace unos años, y,  para más concreto, España (o las Españas). Lo que ocurre es que ésta, además del denigrante envoltorio con que se nos ha presentado, la verdad es que ha sido envuelta a conciencia. Y esta vez no me refiero a la “conciencia” de “consciente”, sino al uso figurado que le confiere el significado de “a base de bien y con mala leche”.


¡Y claro! Está costando lo indecible deshacernos  del repugnante paquete para que podamos encontrarnos, de una vez por todas, con la dichosa y enigmática oportunidad… Aún así, eso no habría de hacernos desistir en nuestro empeño, pues aunque a estas alturas ya pueda parecernos cansino, provocativo e incluso cínico, no por ello deja de estar vigente la realidad de que toda crisis… encierra una oportunidad.

Tratemos de mantener, pues, la mente abierta al máximo, nuestra atención consciente y nuestra fe en la vida para lograr encontrar la fuerzas positivas contenidas en el vientre de la propia crisis, para aceptar el desafío mediante los replanteamientos que hagan falta, mediante las conversiones heroicas que la realidad exija, ya que encarar la Crisis representa aceptar un cambio radical de ciertas coordenadas referenciales en nuestras vidas. 


Igual que en los tres posts que dediqué al tema de la resiliencia, ((http://tallerpsicologia.blogspot.com.es/2012/04/la-resiliencia-o-el-destino-es-un.html) también voy a recordar aquí la conveniencia de invocar al espíritu del Ave Fenix, para de esta forma lograr transformar el mundo, resurgiendo de nuestras propias cenizas, encontrando un modo de vida más sostenible para los humanos y para todo el planeta.


Y hablando del Fénix, me viene a la memoria una antigua película que, cuando niño, mi padre me llevó a ver en un cine de barrio: “El vuelo del Fénix”, con James Stewart y otros grandes de la época. El film trataba de un accidente aéreo, donde un avión, a causa de una gran tormenta de arena,  acaba cayendo en medio del desierto del Sahara. Resultaba que entre los supervivientes se encontraba un “ingeniero de aeroplanos” que decide reconstruir el aparato. Pero lo que nadie sabe es que el oficio de este individuo era, simplemente, proyectista de maquetas de aeromodelismo. De todas maneras, consigue ingeniárselas para reconstruir una especie de avioneta, un artefacto ligero con el que lograr remontar el vuelo y dejar el desierto atrás…  ¡Buena lección para estos tiempos! ¡Pues en tiempos de crisis, más que nunca, habremos de echar mano de… la imaginación al poder!

                            (Continuará en el siguiente post.)

 Escrito por: Lauren Sangall Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta. Premia de Mar -Barcelona-
 T. 93 751 63 54      e-mail: laurensangall@gmail.com 



            

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