martes, 4 de septiembre de 2012

“El descanso del guerrero” (“ Volver a empezar o la aventura continúa…”)





            El mes de septiembre, en Catalunya, suele ofrecer un aspecto delicioso. No nos recuerda la decadencia del verano sino que, más bien, nos regala un paisaje de elegancia y de madurez solemne. El sol se entibia amorosamente, las aguas reverberan reflejos dorados y todo se impregna de la brillante luz del mediterráneo, mientras los ocres comienzan a ensayar, subrepticiamente, su espléndida sinfonía de colores…




            Aún, con todo ello, a mí siempre me ha inyectado una cierta dosis de nostalgia. La consumación del período vacacional y la vuelta a la habitual cotidianidad parecen querer hablarme de la fugacidad del tiempo y de la importancia de vivir intensamente…





            Acostumbro a estar todo el mes de agosto de vacaciones, así que al llegar septiembre, se me impone una especie de “vuelta al cole”. Se inicia una nueva temporada. Como un volver a empezar: los pacientes, los informes, las llamadas telefónicas, preparar talleres… ¿acabaré en este año de escribir ese libro…? En fin, “tornem a la brega”.




            Por cierto, a principios de agosto, mientras estaba preparando el equipaje para marchar de vacaciones, la verdad es que, en algún momento, también me imaginé deshaciéndolo. ¡Como, efectivamente, después así ha sido! ¡Es lo que también tiene septiembre! ¡Las cosas son así! Y qué hermosamente lo había descrito Machado: “Todo pasa y todo queda/ pero lo nuestro es pasar…/ Pasar haciendo caminos…”

            Hacer para deshacer. También podría decirse de esta forma. Todo lo que se hace… en algún momento, tarde o temprano, habrá de deshacerse. ¡Sin duda! Pero la clave de todo esto, precisamente, está en volver a empezar. De eso se trata. “¡Volver a empezar!” Sobre los escombros del templo derruido… se volverá a construir un nuevo templo, aún mayor que el antecesor… De las cenizas del Fénix… resurgirá de nuevo el ave con todo su espléndido fulgor…  Hacer y deshacer forman partes ineludibles del ciclo de la Vida, por lo que volver a empezar no habría de encararse agónicamente, sino con la aceptación complaciente de haber consumado otra vuelta en nuestro viaje eterno, otra experiencia circular en la espiral de nuestra existencia. Porque lo importante no son las vacaciones… lo importante no es el verano… ¡Lo importante… eres Tú!



            El “descanso del guerrero” es algo muy “serio”. Incluso imprescindible. Pero no hay que olvidar que la gracia del “descanso” se encuentra tanto en el propio descanso, en sí mismo, como en el hecho de que es, precisamente, gracias al “descanso” que el guerrero retoma fuerzas y puede continuar con su misión. Vuelve a la “lucha”. Retorna al camino con renovadas energías… ¡Porque lo importante… es el camino!

            ¿Pero no era Yo… lo importante? ¿En qué quedamos?

            ¡Eso es! Lo importante es… el camino… y lo importante… eres Tú! Porque, resulta, que Tú eres el camino. Recuerden de nuevo a Machado: “Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar…”




            La Vida es como una inmensa paradoja. Siempre estamos volviendo. Una y otra vez volvemos a empezar de nuevo… Y en realidad, nunca se vuelve, porque el volver no es más que una ilusión, un espejismo… ¿A dónde se puede volver, si cada momento es único? Cada momento de la Vida es una situación existencialmente nueva. ¿Y quién es el que vuelve, si el hombre está realizándose continuamente? El hombre se está renovando constantemente… Ya no soy el mismo de ayer… el de antes de empezar las vacaciones, el de antes de hacer el equipaje… que después tuve que deshacer de nuevo… ¡Hacer para deshacer…!




            Entonces, podemos intuir que en el fondo del fondo… nada empieza ni nada acaba… tan sólo, la Aventura continúa…


 Escrito por:Lauren Sangall Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta. Premia de Mar -Barcelona-     
 T. 93 751 63 54      e-mail: laurensangall@gmail.com 

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