Le preguntarías a un niño porqué corretea tras las mariposas de colores? ¿Y sobre qué es lo que cree que va a conseguir
con ello…? ¿Acaso le cuestionarías el tiempo que lleva haciendo castillitos de arena o buscando conchenas y
caracolas por la orilla del mar…?
Después de varias semanas escribiendo
sobre la CRISIS y tras un año ya recorrido (pues ya se ha cumplido el año desde
que aparecí en la red, con aquel mi primer post: “Ahora vengo yo a cantar sereno” http://tallerpsicologia.blogspot.com.es/2011/08/y-ahora-vengo-yo-cantar-sereno.html), ahí fuera, agosto continua avanzando y el verano se nos va escurriendo como arena
fina de entre los dedos…
En estos días color de melocotón, días tórridos
que llaman al solaz, al descanso, al juego o a la aventura… días de vacaciones,
sin duda más modestas que en otros tiempos pero vacaciones al fin, no voy a
hablar de CRISIS ni de temas transcendentales. Esta vez no voy a exponer
reflexiones profundas, pues igual que titulaba una antigua canción, hoy canto solamente por cantar...
¡Sí! Hoy quiero pasear por la playa
tarareando canciones. Quiero bañarme en el mar… y tumbarme en la orilla a
sentir la brisa y el sol sobre mi piel… Quiero lanzarme al río desde lo alto de
los puentes… y nadar gozoso, siguiendo el flujo de las aguas… Quiero disfrutar
la frondosa sombra de los árboles… sestear en la calurosa tarde mientras suena
en el aire algún reggae de Bob Marley… Sentarme en el suelo a comer almendras…
tocar la guitarra… bajito… Degustar la
pereza, con unos amigos, charlando sin prisas, con el corazón abierto… Danzar
al son de los tambores… Reír… y llorar de amor…
Quiero proclamar que ninguna crisis
podrá arrebatarme los cielos anaranjados del atardecer... ni las puestas de sol. Y
cuando las últimas sombras acaben de alargarse y la hecatombe del día tiña de púrpura
la esquina del mar, me tumbaré en la yerba… o sobre la arena, a mirar como
pasan los aviones… hasta que el sueño me venza, contemplando las estrellas.
Vivir… para vivir. Como cantaba Serrat, “sólo vale la pena vivir, para vivir…”
Saborear la propia Vida… sin ponerse serio. La vida sin objetivo, sin meta…
Porque la Vida, en sí misma, es la única meta. Sin más propósito que jugar con
ella… ¡La alegría sin objeto…! ¡Eso es
todo! ¡Canta, cigarra… que ya está llegando el día!
Escrito por:Lauren Sangall Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta. Premia de Mar -Barcelona-
T. 93 751 63 54 e-mail: laurensangall@gmail.com
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