martes, 7 de agosto de 2012

“¿Qué hacemos con la crisis?” (3ª. Parte.) (“Reinvertarse a sí mismo”)




            Por tercera semana consecutiva escribo sobre el tema de la Crisis. He tratado de expresar en estos posts la esencia positiva que encierra toda CRISIS  y para ello he buceado en el griego, en el chino, en el sánscrito... He hablado de la crisis como “oportunidad de crecimiento”, como “purga depurativa” de nuestras vidas, como un momento de inflexión transcendente que, bajo el riesgo y el peligro manifiesto, estaría ofreciendo encubiertamente la posibilidad de evolucionar... He invocado a la “Resiliencia”...  al espíritu del Ave Fénix... a los enigmáticos Señores del Fuego, pues la CRISis, igual que el CRISol de los alquimistas, habría de servir para separar la mena de la ganga, la  escoria de la esencia, a fin de transformar nuestra somnolienta y plúmbea vida en una existencia áurea y consciente...



            Pero con todo ello no pretendo, en absoluto, justificarla socialmente y mucho menos predicar la resignación... Desde luego, no se dejen narcotizar por las múltiples cortinas de humo y conserven bien despierta y afilada su conciencia crítica (en todos los sentidos). Por supuesto, no dejen de denunciar que los máximos responsables del horrible envoltorio con que se nos ha caído   encima esta crisis son, en primer grado, aquellos que ostentan las cúpulas del poder: gobernantes, políticos, líderes religiosos, banqueros... usureros y grandes magnates... Pero más allá de divulgar cuanto puedan la denuncia constructiva, dejen de malgastar sus energías en la queja repetitiva y el lamento jeremíaco, y, por lo que más quieran, traten de recuperar lo máximo posible, como decía en el primer post de esta trilogía, una inspiración poderosa que ya casi habíamos olvidado: “¡La imaginación al poder!”




            Dejemos de llorar sobre la leche derramada y permitámonos incubar cualquier nueva propuesta que pueda ser sostenible y que nos pueda ayudar a avanzar. Permitámonos, digo, imaginar sin miedo. ¡Sin complejos! He visto en Barcelona restaurantes que ofrecen un “Menú espress” cuyo precio es “la voluntad” del comensal... ¡y salen adelante! ¡Y todos ganan!

            Me resulta inconcebible que los bares y restaurantes lancen a diario inmensas cantidades de comida... mientras que, cada vez más, personas rebuscan en los contenedores de basura.  ¿Y qué me dicen de la ingente cantidad de alimentos que tiran las cadenas de hipermercados cuando llegan a la fecha de caducidad, mientras que resultan perfectamente consumibles en un ámplio margen de días e incluso de semanas, según el caso...? ¡Cada año se tiran mil trescientos millones de toneladas de alimentos!¡La tercera parte del consumo mundial!
           


            La Crisis debería actuar de revulsivo y azuzar nuestra imaginación... Los psicoterapeutas, por ejemplo,  ahora solemos realizar talleres o seminarios de potencial humano... y puestos ya a abrirnos al gran público, los que nos encontremos cómodos en el rol de comunicador, podríamos, incluso, aventurarnos en las artes escénicas y  explotar nuestra bis cómica, para acabar ofreciendo monólogos de café-teatro, aprovechando el tirón de la moda, y fusionar, de esta forma, la vertiente lúdica con la formativa, el divertimento con el crecimiento personal... ¡No es del todo broma! ¡Combinar la meditación con el chiste, como hacía Osho, puede ser genial! ¡Abogo por el Yoga de la Risa, los Payasos sin Fronteras... por las difusión popular de la Biodanza, el Canto Primal y la Risoterapia...!


            ¡Se necesitan tormentas de ideas! ¡Dense el permiso de imaginar sin límites...! Jugueteen con la arena de la playa, como hacía Jung ... o hagan pompas de jabón, como Einstein... Paseen por la Naturaleza... contemplen el amanecer... o las puestas de sol... ¡O las estrellas...! Coloreen mandalas, dancen al son de los tambores... o practiquen meditación... pero, en definitiva, permítanse un espacio para que pueda irrumpir la creatividad.


            A la vieja y sabia admonición socràtica de “zapatero a tus zapatos” habremos de añadirle intensamente el elemento creativo. Cada cual a lo suyo... pero esforzándonos por crecer, por extendernos... por hacer que nos nazcan nuevos “brazos”, nuevos tentáculos adaptativos... Pues, tal vez, queden aún infinitas formas de reinventar la rueda. Y resulta que ahora es hora es  descubrir. Es hora de inventar... ¡Es hora de reinventarse a sí mismo!





 Escrito por:Lauren Sangall Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta. Premia de Mar -Barcelona-     
 T. 93 751 63 54      e-mail: laurensangall@gmail.com 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este post. Desde luego sería muy positivo inyectar un poco de sentido del humor al sistema. Para cuando esos monologos ... (je, je)

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  2. Xavi, como me sigas tentando... en una de esas voy y me lanzo... Ya sabes que tú consigues motivarme...
    ¡Pero necesitaría un mánager!
    ¡Bones vacances!

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