lunes, 12 de noviembre de 2012

“¡Hace falta valor!” (1ª. parte)




            “¡Hace falta valor!”

            Eso cantaba Santiago Auserón, desde su Radio Futura, en aquel célebre tema: “Escuela de Calor”, entre medio de enigmáticos esbozos de paisaje urbano (“… hay tribus ocultas cerca del rio esperando que caiga la noche… (…) Esa paloma sobrevuela el peligro: aprendió en una Escuela de Calor…”) y dejando caer valiosísimas sugerencias: “Vas por ahí sin prestar atención y cae sobre ti una maldición.”

            ¡Y es que a la Vida hay que echarle narices! (eufemismo para no decir “gónadas”. O sea: “¡huevos!”) (para las mujeres: “¡ovarios!, que es lo mismo).  Es la lección positiva de la agresividad. La Evolución del Universo nos ha puesto aquí en medio, convertidos en humanos… y a partir de ese momento nos toca esforzarnos por nosotros mismos. ¡Nos toca trabajar de lo lindo para seguir creciendo! El tránsito humano está hecho de esfuerzo y de dolor… ¿Qué te creías? “El alma hay que ganársela”, decía Gurdjieff.



            Aquello de “los lirios del campo” es una preciosa metáfora del Sermón de la Montaña para ayudarnos a confiar y a recordar la maravillosa Inteligencia y Equilibrio del Universo… (Fijaos en los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer…”, escribía San Mateo)… pero resulta que los lirios del campo y las aves del cielo… aún están dentro del Edén, fundidos con la Naturaleza dormida, gozando, inconscientes, del misterioso y fascinante Ecosistema Kósmico… pero nosotros ya fuimos “expulsados”. Una “expulsión” inevitable, fruto de la propia evolución. La Evolución nos ha llevado al nacimiento de la Autoconciencia. Y ésta, inexorablemente, nos arrojó fuera del Edén Primigenio. Al darnos cuenta de que existimos… hemos comenzado a despertar… (“¡Esto que es…!” ¡Dónde estoy…! ¡Qué hago aquí…!  ¡Qué soy!...! ¡Quién soy…!” …)

            Es por todo ello, que los humanos  vivimos en dos mundos. Estamos atrapados entre dos aguas (preciosa rumba de Paco de Lucía)… En lo físico y en lo simbólico. En el cuerpo y en la mente… Entre las bestias y los ángeles… ¡Esta es nuestra tragedia… y a la vez nuestra grandeza! Así, que no nos queda más remedio que echar mano de un buena dosis de heroísmo… de heroísmo cósmico, para seguir avanzando.


            ¡No hay que escatimar esfuerzos! ¡Eso he dicho! Y lo que estoy escribiendo puede que haga pensar a algunos que es una contradicción en mi discurso, que me estoy contradiciendo con lo que estoy exponiendo hoy.  Pueden pensarlo, sobretodo, aquellos que conocen bien mi simpatía por los postulados taoístas, mi tendencia por “entregarse al fluir de la existencia” más que al “resistirse” (véase el post: “El Río de la Vida.” http://tallerpsicologia.blogspot.com.es/2012/02/el-rio-de-la-vida-be-water-my-friend.html). Pero resulta, paradójicamente, que para conseguir la acción sin esfuerzo, para llegar a dominar el arte del Tao, para entrar en wu wei y experimentar el gozoso fluir del rio de la Vida… antes será necesario  poner hasta el último hálito de nuestra energía al servicio de nuestra misión heroica. De la misma manera, bajo los fluidos y virtuosos dedos del pianista, se esconden miles de horas de arduos esfuerzos… ¡Si no, de qué!… Como cantaba Auserón: “vas por ahí si prestar atención… y cae sobre tí una maldición…”



            ¡Sí! ¡Amigos! ¡Para despegar, para levantar el vuelo hay que poner al máximo los motores! ¡Imagínense para ponerse en órbita…! ¡Para superar la Atracción de la Gravedad que nos chupa como un imán y nos revuelca en el barro, hay que desplegar la totalidad de nuestras energías! ¡Hay que darlo todo!




            Somos humanos… vulnerables  y temblorosos, igual que aturdidas mariposas que intentan sacudir sus alas para poder abrirlas al nuevo sol de primavera… La flaqueza de nuestra animalidad nos derrota, una y otra vez, pero, a la vez, la autoconcencia de nuestra luz interior, nuestra pequeña semilla de divinidad nos alumbra… nos ayuda a renunciar al abandono… y nos anima a seguir adelante… hasta que se nos depleguen las alas…

            “¡Hace falta valor! ¡Ven a la Escuela de Calor!”

                           (Continua en el siguiente post.)


 Escrito por:Lauren Sangall Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta. Premia de Mar -Barcelona-     
 T. 93 751 63 54      e-mail: laurensangall@gmail.com 




No hay comentarios:

Publicar un comentario